Los tiempos van cambiando, y lo hacen además a gran velocidad, y lo que antaño se consideraba sorprendente y se veía como una nueva realidad es hoy cada vez más común. Por ejemplo, el hecho de que quienes a menudo son consideradas como personas racializadas, con determinadas características físicas, hablen euskera. Los prejuicios tienden a hacer considerar a las personas con determinadas características como no hablantes de euskera y empujan a los vascoparlantes a recurrir siempre al castellano para dirigirse a ellas.
Entre las que son consideradas personas racializadas, y entre las que tienen esas características físicas, como es lógico, se dan todo tipo de situaciones: personas que acaban de llegar, otras que hace tiempo que viven aquí, las que han nacido aquí, las que no tienen ningún conocimiento del euskera, las que no tienen un interés especial por el euskera, otras que están aprendiendo euskera, las que son euskaltzales entusiastas, y también las que hablan castellano y las que hablan euskera. Exactamente lo mismo que entre las que no.
Por lo tanto, y por lo que se refiere a la lengua, se debería actuar de la misma manera con todas/os, y al igual que con muchas personas se hace el esfuerzo y el gesto de dirigirse a ellas en euskera, se puede hacer del mismo modo cualquiera que sea la persona a la que nos dirigimos.
En el caso de los niños y niñas, y concretamente en el caso de los y las que estudian en euskera en la escuela, ha ocurrido y sigue ocurriendo que existe una mayor tendencia, tanto entre adulto/as como entre niños y niñas, a dirigirse a estas personas racializadas en castellano. Podría deberse, más allá de posibles prejuicios, a cierta voluntad de facilitar las cosas, entendiendo que la lengua materna y habitual de aquellas no es el euskera. Pero aunque así fuera, la mejor forma de ayudar a estos niños/as, tanto para su desarrollo académico como para su integración con el entorno, será dirigirse a ellas/os en euskera.
Por supuesto, no resulta tan fácil que los niños y niñas hagan este tipo de reflexiones, y en esta situación es importante y conveniente que los padres y madres transmitan y refuercen la tendencia a hablar en euskera con todos/as, tanto por medio del ejemplo como por medio de la explicación y el diálogo. Será en beneficio general y demostrará, una vez más, que el euskera tiene infinidad de colores.
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