Estamos inmersos en una revolución cultural que traspasa fronteras. Si hasta ahora los principales medios de socialización han sido la familia, la escuela, el entorno social más cercano y los medios de comunicación, hoy día, hay que hablar de Google, Facebook, Twitter, Instagram… Han ganado mucho terreno y los cambios van a un ritmo vertiginoso.
Además de la manera de relacionarnos, la Globalización también ha transformado de raíz los hábitos y las vías de consumo cultural. Si se reflexiona desde una perspectiva más local, ¿qué lugar ha tomado en Navarra la cultura en euskera? ¿Se consume cultura en euskera? ¿Y se transmite a niños y niñas y jóvenes?
El pasado 24 de enero se celebró en el Palacio Condestable de Pamplona una Jornada de reflexión sobre la difusión y transmisión de la cultura en euskera, organizada por la Red de Técnicos de Euskera de Navarra, Elkar Fundazioa y Karrikiri Elkartea. Participaron 90 personas, muestra de que existe preocupación en torno a este tema.
Si bien hubo tiempo para debatir y para conocer nuevas e interesantes experiencias, la jornada se centró en la reflexión sobre el consumo y la transmisión cultural. Así, se llegó a concluir que para que en el futuro niños/as y jóvenes tengan una variada oferta cultural en euskera, accesible y atractiva, se debe fomentar la producción cultural, ofreciendo espacio y recursos a la creación en euskera, así como a la visibilidad.
El ocio y tiempo libre es necesidad fundamental de las niñas y niños, y en esta tarea la familia cumple un papel importante. Existe una gran oferta de recursos de ocio infantil y juvenil: juguetes, cómics, libros, apps, películas… y uno de los criterios de selección es el idioma, algo crucial para quien quiere criar y educar a sus hijos e hijas en euskera porque les ayuda a reforzar el aprendizaje y, a su vez, fomenta el uso.
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