Son conocidas las encuestas que se realizan en torno al euskera. Se suele analizar el conocimiento, transmisión, uso y actitud hacia el euskera. Muchos datos, y también muchas conclusiones. Y hoy queremos traer uno de esos datos y conclusiones, por la importancia que tiene: cuando los dos miembros de la pareja son euskaldunes el euskera se transmite casi al 100% a hijas e hijos, pero en el caso de las parejas mixtas, cuando un miembro de la pareja es euskaldun y el otro no, se produce una pérdida significativa. De todas formas, a medida que disminuye la edad, aumenta la transmisión del euskera en las parejas mixtas.
En todo caso, a veces y probablemente por diferentes razones, el miembro euskaldun de la pareja no transmite el euskera a los hijos/as. Una pérdida para el euskera y, por supuesto, una pérdida para el niño o niña, porque no va a obtener lo que podría recibir de su casa, el euskera en este caso.
La realidad de las parejas mixtas es muy común en todos los territorios del euskera, cada vez más habitual y, precisamente por ello, el espacio que se le otorgue al euskera en este tipo de familia tendrá una especial relevancia en el futuro de la lengua.
Hemos dicho que en el caso de las parejas mixtas se produce una pérdida en la transmisión, pero, evidentemente, en otros muchos casos, —de momento y afortunadamente en la mayoría de las ocasiones— se mantiene el euskera y las hijas y hijos adquieren también la lengua en casa. Es decir, es factible, y el ejemplo de las familias en las que actualmente se usa más de una lengua es muy habitual.
Esto, al igual que otros aspectos del hogar, puede ser “negociado” y acordado. También es conveniente hablar de ello en casa y establecer la función que corresponde a cada uno de los miembros de la pareja. El euskaldun puede ofrecer a su hijo o hija el euskera desde el primer momento, y será un bonito regalo.
Y también puede ayudar quien no sabe euskera, por supuesto, así como quien sabe un poco. Naturalmente, siempre existirá la posibilidad de que aprenda euskera, pero, aun sin saber hablarlo, puede comprender y apoyar la transmisión que realizará el padre o la madre euskaldun y expresar y transmitir a su vez una actitud positiva hacia la lengua. Esto reforzará y potenciará la elección del miembro euskaldun de la pareja, que sin duda repercutirá positivamente en el uso y actitud del niño o niña hacia el euskera.
Conocer más lenguas es riqueza, a las hijas e hijos siempre les va a ayudar recibir el euskera en casa, y, también para el futuro del propio euskera, resulta imprescindible transmitirlo de generación en generación también en las parejas mixtas.
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