Como recoge un artículo anterior, la capacidad de aprender una lengua en la primera etapa de la vida es algo prodigioso. No en vano es tema de estudio para muchas personas del mundo de la investigación. Es un proceso precoz, pero no por ello deja de ser complejo. Todos los idiomas han desarrollado estrategias para ayudar en el aprendizaje a sus hablantes más jóvenes: utilizar palabras de pocas sílabas u onomatopeyas, por ejemplo. A ese conjunto de estrategias llamamos “habla infantil”.
Para algunas familias es difícil conocer las palabras más comunes que de forma general se utilizan con las niñas y niños. Para responder a esa situación bastante común se han publicado guías y recopilaciones de usos y vocabularios infantiles, como es la recopilación de palabras, dichos y canciones de Juan Ignazio Lizarraga Lazkano, publicada por el Gobierno de Navarra en el año 2010: Pequeño diccionario para hablar con los niños en euskera
La utilización de onomatopeyas es también una manera de acercar las/os niñas/os al idioma desde muy pequeñas/os . La imitación lingüística de los sonidos se utiliza mucho para contar cuentos y puede incentivar a imaginar historias, a jugar con el idioma, o a leer, cuando sean un poco mayores. Son muy comunes las onomatopeyas de animales, de medios de transporte o de acciones: miau, kua-kua, plisti-plasta, kax-kax, tipi-tapa,…
El libro de estilo de BERRIA tiene una sección dedicada a las onomatopeyas. También se pueden escuchar algunos ejemplos de sonidos en estos dos cuentos: Nork egin zion buruko hura jakin nahi zuen satortxoa, editado por Kalandraka, y Hartza ehizatzera goaz, publicado por Pamiela.