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Afición a la lectura
CASA

¿Cómo fomentar la afición a la lectura desde casa?

¿Qué es la afición a la lectura? ¿Dónde surge? ¿Cuándo?

Si preguntamos a Intza Alkain, de la asociación de literatura Galtzagorri*, suele responder lo siguiente: «Que las y los niños se acerquen por su cuenta y con ganas al libro, que lo hagan por iniciativa propia y disfruten. Y no sólo eso, sino que también se convierta en un hábito».

La mayoría aprende a leer en la escuela, pero ¿dónde surge la afición? Sin duda, fuera de la escuela y, por eso, el papel de la familia es fundamental. Es decir, los padres y las madres son una de las piezas clave para que las niñas y niños se acerquen y aficionen a la lectura.

Que se aficionen, ese es el objetivo.  Por lo tanto, hay que buscar que las y los más pequeños disfruten. No se trata de que lean cualquier cosa, sino aquello que les haga disfrutar, pasar un buen rato, querer seguir leyendo, desear que no se termine nunca esa historia que les tiene atrapados. Y para conseguirlo, ayuda mucho ofrecerles buenas historias, libros atractivos, con tapas chulas, personajes fascinantes, fantasía…

No hay duda de que ver al resto de miembros de la familia leyendo puede tener un efecto positivo.  Pero, como no es algo tan automático, de cara a crear esa afición,  es importante que los padres y madres lleven la iniciativa.  Más adelante, cuando ya se hayan aficionado, seguirán leyendo por su cuenta.

Por lo tanto, la clave es que las y los niños disfruten de la lectura, y para ello también ayuda:

  • No  pedirles nada a cambio. Que no asocien la lectura a una obligación, sino al disfrute. Y cuidado con los premios.

  • Poner a su alcance muchos libros en euskera y muy variados, de todo tipo: cuentos, novelas gráficas, narraciones, álbumes ilustrados, cómics, revistas… Así podrán descubrir qué es lo que más les gusta. En esta página web se puede consultar una completa selección de libros de todo tipo y clasificados por edad.

  • Pasar tiempo leyendo con y junto a ellos y ellas. La lectura no solo empieza al abrir el libro y termina al cerrarlo. Ese recorrido se puede ampliar y multiplicar el efecto. Hablar sobre la historia con nuestra hija o hijo, intentar adivinar el final, compartir opiniones… Y, si no sabemos euskera, podemos leer el mismo libro en nuestra lengua materna mientras ellos y ellas lo hacen en euskera y hablar sobre él, etc.

  • Conviene ser constantes.

  • Abrirse a otros formatos. Los videocuentos y los cuentos interactivos, por ejemplo, suelen tener un narrador o narradora, pero también dan la opción de desactivarlo y poder leer el texto.

  • No relacionar la lectura únicamente con el ámbito académico.

Finalmente, remarcar que no es necesario que hablemos euskera para ayudar a que nuestras hijas e hijos se aficionen a leer en ese idioma. Al fin y al cabo, todo lo mencionado en las líneas anteriores está al alcance la mayoría, y cabe recordar que al desarrollar el hábito lector en una lengua, eso hará mucho más sencillo desarrollarlo también en otras.

Libros y recursos para animar a la lectura en euskera:

 

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